Correo postal en 1505 • Iberica Feeding Stuff
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Imaginemos vivir en el siglo XVI. Un suceso estremece la corona de Castilla y debe ser conocido de manera excepcional en Roma ¿Cómo conseguimos que llegue la información? ¿Cuánto tiempo tardarán? Pensemos ahora, en la actualidad. Tenemos la facilidad de escribir una carta y poder enviarla de manera rápida y sencilla mediante el servicio de Correos. O incluso más veloz: enviamos un e-mail.

El 18 de Enero de 1505, Felipe I el Hermoso otorga el cargo de Correo Mayor de Castilla a Francisco de Tassis. La finalidad es organizar el transporte de la correspondencia entre las diferentes cortes del Imperio: España, los Países Bajos, Austria e Italia. Este hecho, además, da lugar al origen del taxi. El funcionamiento del Correo Mayor consistía en proporcionar un  transporte del correo seguro. Mediante un sistema eficaz y sólido de mensajeros, con un servicio de postas y rutas repartidas por todos los territorios del reino. Este oficio fue ejercido principalmente entre los siglos XVI y XVII, bajo el reinado de los Austrias.

El caballo como medio de transporte

Esto se basaba en la existencia de correos a caballo y de correos mayores: los primeros transportaban la correspondencia con un sistema de relevos entre las ciudades, los segundos administraban las postas y trataban de establecer sólidas alianzas.

Un solo caballo a galope podía recorrer entre 15 y 20 km/hora e ir realizando, con postas situadas a 20 km para así, realizar el cambio de caballo. Los jinetes, podían recorrer en un día entre 150 y 200 km. Las condiciones climáticas, la pendiente, los posibles problemas del camino influían en la velocidad y «eficacia» del envío. Además, la figura del postillón se basaba en guiar al jinete en la ruta previamente marcada por ser la más rápida y segura. Recordemos que, las fronteras no se presentaban tan seguras como en la actualidad y, cuando nos referimos a las fronteras no sólo era entre países. Dentro del mismo país, cuestiones de alianzas, beneficios o lucha de tronos, influían en las posibles épocas de paz o de guerra.

Se requiere una organización importante y eficiente: la existencia de las postas, esto es, de posadas donde se disponga de caballos de refresco. Constituidas por un conjunto de caballerías prevenidas o apostadas en los caminos principales y a distancias convenientes. De esta manera los correos y los viajeros que las usaban podían cambiar de montura y seguir viaje, sin tener que detenerse. El tiempo era extremadamente valioso. Disponer de personal adiestrado, maestro de postas y postillones. Unos que regenten y organicen las posadas y otros que acompañen al correo en otro caballo para devolver a la posta de procedencia los dos caballos; el del postillón y el del correo.

Con el apogeo generado por el ascenso de Carlos I de España y V de Alemania, siendo el rey del que se decía aquello de » en sus reinos no se oculta el sol», se ratifica esta práctica ya que, se hizo creciente la necesidad de una comunicación eficaz entre los diferentes territorios. Un acuerdo sellado en el Contrato Postal del 12 de noviembre de 1516.

Para esta organización, era necesario un estudio de las mejores rutas siempre pendiente de la situación de las fronteras y posibles discrepancias con grupos rebeldes. Tener en la corte grupos de jinetes especializados, conocedores del terreno y leales con la corona. A su vez, y no en un puesto secundario; los caballos. Los más rápidos y veloces.

Con la llegada de los Borbones al trono, en el siglo XVIII, Felipe V incorpora brevemente el servicio de correos a la Corona en 1706. Pese a que, durante un tiempo esto volvió a ser cedido, definitivamente en 1716, fue abolida la concesión y el servicio pasó definitivamente a ser administrado por la Corona. Esto supone, gracias a su buscada centralización, el inicio de la idea que conocemos hoy en día.

Podemos comprobar que, la función de los animales a nivel histórico no pasa desapercibida. Su fuerza y energía, han servido desde tiempos lejanos como la forma que tenían las sociedades de avanzar. No de la misma forma que en la actualidad, pero el empeño en proporcionar a los animales el cuidado necesario o conocido, es tarea primordial.

Cuidemos su alimentación. Y su bienestar. Como resultado, obtendremos profundas y sinceras recompensas.

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