Una parte de Jerez en la realeza • Iberica Feeding Stuff
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Una parte de Jerez en la realeza

En algunos post anteriores, hemos hecho mención a estos animales. Con las bondades de su inteligencia, permiten ser entrenados y enseñados para protegernos y así, formar parte del cuerpo de la Policía Nacional. Con su rapidez y resistencia, sirvieron como automóvil para los envíos de mensajerías en tiempos pasados.

Pero hoy, venimos a contar una curiosidad. Tan real como importante. Y es que, la historia nos adelanta titulares de la actualidad. Hablamos de Isabel la Católica y el caballo de Jerez.

Una vida sobre el animal

Y es que, los reyes católicos utilizaban caballos para todos sus actos. El Rey, Fernando, un admirado combatiente y estratega, se adentraba en las guerras de sus reinos, como rey y como soldado. Desde bien pequeño destacó con sus notadas habilidades de estratega y perfeccionó sus virtudes. Así, e convirtió en el mejor de los soldados, defendiendo lo suyo a capa y espada.

Por otro lado, la reina Isabel, siempre fue una adelantada a su tiempo. Su testarudez y avaricia, la llevaron a ser implacable en muchas situaciones. Mujer de armas tomar, no dudó en ensillar su caballo e ir en busca de soluciones, aún en los últimos años de su vida y con la salud mermada. Isabel, destacó siempre en una enorme habilidad como amazona y su pasión por los caballos. Y es que su amor por ellos empezó desde bien joven. Isabel pasó muchas horas de su infancia montando a caballo. Ellos fueron los grandes compañeros de sus inquietantes primeros quince años. No hay que olvidar los encierros a los que son sometidos ella y el príncipe Alfonso, su hermano.

Una vez proclamada reina, se recorre sus reinos a caballo y casi palmo a palmo para hacer justicia y acabar con el bandolerismo. Así, en persona y haciendo valer el carácter fuerte que tenía, dejaba clara cuales eran sus pretensiones, sus exigencias y sus derechos.

Y admiración por una raza

Y es que, en el siglo XV, no había internet, pero la información iba y venía de forma directa y fiable. Ya se encargaban en las cortes de hacerse con los mejores y más fieles mensajeros. La reina Isabel se hizo con la información de una raza en concreto. Una raza con poderío, con carácter y con historia. Hablamos de los caballos de Jerez. Acudió al Cabildo Jerezano, y le comunicó que le enviasen un magnífico ejemplar del famoso ganadero don Juan Ríquel. Era un regalo para su esposo el rey Fernando de Castilla y Aragón.

La fama de estos caballos y su ciudad; tenía historia. El motivo era que gozaba de una nobleza con innumerables títulos, los cuales tenían tan famosos caballos. Con ellos sus guerreros jerezanos sirvieron a los distintos reyes españoles en la reconquista y ganaron infinidad de batallas. En contraprestación los reyes pagaban estos servicios con tierras, titulo y prebendas.

Una vez adquirido el ejemplar y vistas sus innumerables virtudes, la misma Isabel sintió que necesitaba uno. Y es que, la admiración no acabó allí; incluso cuando se embarcó en la exitosa expedición de Cristóbal Colón, ésta precisó de ayuda para seguir con los viajes. Entre las adquisiciones para los viajes, entre aceites y trigo, se incluían caballos. Caballos que cabalgaron en el «nuevo mundo».

Comprobamos una vez más que, los animales desprenden admiración por sus cuatro costados. Dedicación, esfuerzo y cuidados, es lo único que piden en contraprestación. Durante siglos han servido para transportar, viajar y luchar.

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