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¿Cómo elegir un buen reclamo?

¿Cómo elegir un buen reclamo?

A la hora de elegir un buen macho de reclamo de perdiz, no hay manera de acertar sobre su valía . El aspecto físico no tiene nada que ver para que el reclamo sea bueno o malo, ya que las cualidades de un buen reclamo además de la mansedumbre, la nobleza de carácter y la calidad de su voz depende de otras cualidades que no se aprecian físicamente.

Si tuviéramos que escoger entre a uno entre varios ejemplares,
deberíamos observar a través de algunos signos externos que el futuro reclamo goce de un buen estado de salud y vitalidad. ¿Cómo saber si dispone de un buen estado de salud tu perdiz? Se refleja en un plumaje brillante, sedoso y bien asentado, en las mucosas bien coloreadas, en el rojo en las patas, alrededor del ojo y en el pico, y que no le falten plumas o estas no estén desordenadas.

Además, el reclamo debe de presentar nobleza, que admita la presencia de cualquier persona junto a el y que no pretenda en ningún momento escaparse de su jaula debatiéndose a saltos o alambreando en busca de una salida para huir. Detalles que hacen que se aprecie y sea más apetecible.

Un pájaro bien formado, que no presente deformidades, y si es posible, que se pueda escuchar cantar. Que cuente con canto limpio, que marque bien los golpes, los martillazos, que lo haga con pausa y con un sonido ronco, siendo así agradable para el oído. De todos es sabido que un sonido grave alcanza mayor distancia de oída que uno agudo y si además lo emite con potencia, miel sobre hojuelas.

Sin embargo, es imposible acertar en la valía por la mera apreciación de factores físicos, apariencia externa e incluso por el canto ya que la consagración como reclamo válido nos la dará su comportamiento durante el reto con sus congéneres en el campo.

¿Cómo es el fenotipo de una perdiz roja pura?

El fenotipo de un buen reclamo de perdiz roja pura, se ve en el plumaje ,la conformación y estructura corporal y el tamaño. Su peso ronda los 500 gramos en los machos y algo menos en las hembras si bien existen variaciones según el biotopo donde se hayan desarrollado coincidiendo que las perdices cuya genética se ha desarrollado en zonas de campiña y más aún en zonas de regadío, suelen ser mayores que las de Sierra. Normalmente tienen el pecho limpio de un color gris azulado, y desde el arranque del pico y hasta la mitad de la cabeza, también presenta un gris azulado, no marrón. Las cejas deben de ser largas y blancas y acabar casi en la nuca, blanca en toda su longitud y en algunos casos, bordeando el pico por su parte superior. Es muy apreciable también que los tufos, los pelitos que tapan el oído, sean de color rubio, así amarillento. Los colores de los costados, conocidos como espejuelos, deben estar claramente definidos comenzando por un color gris azulado seguido de una franja blanca limpia otra negra sólida, rotunda y más estrecha y un marrón rojizo en el extremo final.

Generalmente, el fenotipo de la perdiz de sierra o de monte presenta una librea de color más oscuro, un tono gris, y sin embargo, la perdiz de campiña suele tener unas tonalidades más claras o diluidas fruto de los años de evolución y la selección natural por mimetismo.

A la hora de elegir un reclamo es indistinto que sea de la sierra o de campiña, pero las ambas cualidades expuestas deben de ser idénticas.

Con respecto a los espolones en las patas de los machos, perdiz pura cuenta con un espolón más redondeado, no es aplastado, es más bien un garbanzo. En el caso de la perdiz de granja es más en forma de triángulo.

La gola de la perdiz debe de ser siempre redondeada, cuando esa corbata negra acaba picuda es una señal inequívoca de hibridación con perdiz griega que si presenta el extremo del collar de forma puntiaguda y carente del típico jaspeado o lágrimas que sí presenta la alectoris rufa.

En definitiva, lo ideal a la hora de escoger para un reclamista es que sus perdices tengan un plumaje brillante y asentado, que los colores sean vivos, que no estén entremezclados, que las mucosas estén bien coloreadas con su color rojo intenso, que no tenga desplume, signos de heridas o deformaciones (sobre todo en el pico), que tenga un carácter noble y confiado y que su voz sea clara, limpia, rotunda y con los tiempos bien marcados.
Como decíamos al principio, esto no garantiza la valía como reclamo pero… ¿A quién no le gusta una perdiz así?.
A partir de aquí, suerte, paciencia y buenos cuidados.

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